Significado y sentido de la educación preescolar
Aprender
a conocer
Este
tipo de aprendizaje puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida
humana. En cuanto medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el
mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad,
desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es el placer de
comprender, de conocer, de descubrir. Aprender para conocer supone aprender a
aprender, para poder aprovechar la
posibilidad
que ofrece la educación a lo largo de la vida.
Aprender
a conocer y aprender a hacer son en gran medida, indisociables. Tienen que ver
con el desarrollo de competencias para que los seres humanos sean capaces de
hacer frente a diversas situaciones y problemas, y a trabajar en equipo.
Supone, para los niños y las niñas, la participación en la planeación,
realización y elaboración de una tarea común; la creación de una dinámica que
favorezca la cooperación, la tolerancia y el respeto y, además, la potenciación
de aprendizajes verdaderamente significativos en situaciones que tienen valor
especial para el que aprende a través de la acción, intercambio de información
con los demás, toma de decisiones y puesta en práctica de lo aprendido.
Aprender a vivir juntos
Aprender
a vivir juntos es aprender a vivir con los demás, fomentando el descubrimiento
gradual del otro, la percepción de las formas de interdependencia y
participación, a través de proyectos comunes que ayudan prepararse para tratar
y solucionar conflictos. En este sentido la educación tiene una doble misión:
de un lado, el descubrimiento del otro, que enseña sobre la diversidad de la
especie humana y contribuye a una toma de conciencia de las semejanzas, las
diferencias y la interdependencia entre todos los seres humanos. El
descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo,
para saber quién es; sólo así se podrá realmente poner en el lugar de los demás
y comprender sus reacciones. De otro lado, aprender a vivir juntos implica tender
hacia objetivos comunes: cuando se trabaja mancomunadamente en proyectos
motivadores, cooperativos y solidarios que posibiliten a todos los niños y las
niñas del país el ingreso al sistema educativo independientemente de su
condición física o mental o de consideraciones de raza, sexo, religión, como un
objetivo común, se ratifica verdaderamente el principio señalado de que “los
derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás”. Es el respeto,
cuidado y atención de los niños, un punto de partida, en toda sociedad, para el
logro de la convivencia humana.
Aprender a ser
Más
que nunca, la función esencial de la educación es propiciar en todos los seres
humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación
que se necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y de esta manera
puedan ser artífices, en la medida de lo posible, de su destino. “El desarrollo
tiene por objeto, el despliegue completo del hombre con toda su riqueza y en la
complejidad de sus expresiones y de sus compromisos, individuo, miembro de una
familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y
creador de sueños”.
Este
desarrollo del ser humano que va del nacimiento al fin de la vida, es un
proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo, a través de
las relaciones con los demás; de la individualización en la socialización. Sobra decir que estos pilares no pueden
limitarse a una etapa de la vida o a un sólo lugar. Es necesario replantear los
tiempos y los ámbitos de la educación –familia, escuela, comunidad, medios
masivos– ara que se complementen y articulen entre sí, con el fin de que cada
persona, durante toda su vida, pueda aprovechar al máximo el contexto en
constante enriquecimiento.
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